Conversión de Constantino al Cristianismo, Rubens
Mansedumbre: La virtud de la nobleza de alma según Santo Tomás de Aquino y grandes santos
Meditación 2
Mansedumbre
La mansedumbre es una virtud que implica nobleza de alma. Por esta razón, los mundanos suelen carecer de mansedumbre, ya que esta nobleza se encuentra en ellos pero rara vez e imperfectamente. Si no son los primeros en usar expresiones ásperas y descorteses, sin embargo, cuando se les dirigen por otros, las resienten y las devuelven rápidamente, mostrando con su venganza que tienen un corazón rudo e ignominioso. Y así, los siervos de Dios, permaneciendo siempre tranquilos y pacíficos, aunque provocados por palabras o actos, manifiestan una nobleza de alma perfecta superior a toda grosería. - Santo Tomás de Aquino
Este santo Doctor confirmó este noble sentimiento con sus acciones, ya que en cualquier situación difícil en la que se encontrara, nunca dio el menor signo de resentimiento, sino que en todo momento y en todas las ocasiones mostró una calma e insensibilidad espiritual a todo.
El Emperador Constantino ilustró lo mismo con sus acciones, especialmente en una ocasión en la que había recibido un marcado ultraje de sus súbditos, pero fue sostenido por su habitual mansedumbre al punto de no verse perturbado por ello. Cuando algunos de la corte le instaron a tomar una venganza señalada, diciéndole que no era correcto que él soportara tal mancha en su rostro, él respondió con una sonrisa, pasando su mano suavemente sobre su rostro, "No encuentro ninguna mancha aquí".
Lo mismo se registra del glorioso San Vicente Ferrer, quien nunca fue visto enojado, sin importar el insulto o la lesión que recibiera.