Coronación de la Virgen, Diego Velázquez
Día 26
Junio: Obediencia
No es suficiente para la obediencia hacer lo que se manda. Debe hacerse sin debatir, y debe considerarse como lo mejor y más perfecto posible, aunque pueda parecer e incluso ser lo contrario. -San Felipe Neri
El padre Álvarez tenía la costumbre de someterse voluntariamente a la obediencia en todas las cosas. Pues decía que había notado que incluso cuando parecía deseable para él hacer algo contrario a lo que la obediencia requería, siempre le iba mejor obedeciendo.
¿Qué hizo Nuestro Señor para curar al ciego? Le untó los ojos con barro y le dijo que fuera a lavarse en el estanque de Siloé. Este ciego podría haber dicho que ese era un remedio más adecuado para quitar la vista que para restaurarla, y podría haber objetado sobre el viaje. Pero como obedeció sin reparos, fue curado.
San Columbano el Abad, teniendo a la mayoría de sus monjes enfermos, les ordenó a todos ir al granero y trillar el grano. Parecía una cosa muy dura e indiscreta obligar a hombres que casi no podían mantenerse en pie a realizar un trabajo tan laborioso y exponerlos a los rayos de un sol abrasador; pero todos salieron a ejecutar la orden, excepto unos pocos prudentes y cautelosos, que pensaron que era más seguro quedarse en cama. ¿Pero cuál fue el resultado? Aquellos que obedecieron ciegamente fueron curados instantáneamente, mientras que los otros que razonaron sobre el asunto permanecieron enfermos de fiebre durante todo un año.
La Santísima Virgen, apareciéndose a una monja, le dijo que mediante la obediencia se logran los fines de la Sabiduría Divina; que, a menudo por caminos sublimes y no penetrados por la prudencia humana, avanza hacia los objetivos que busca sin ningún impedimento.