La Caridad, François Bonvin
Día 9
Noviembre: Caridad
Algunos se atormentan buscando medios para descubrir el arte de amar a Dios y no saben, pobres criaturas, que no hay arte ni medios para amarlo sino amarlo, es decir, comenzar a practicar aquellas cosas que son agradables a Él. - San Francisco de Sales
San Vicente de Paúl se dedicó noblemente a esta santa práctica, observando la ley de Dios con tanta exactitud que aquellos que lo observaban de cerca afirmaban que nadie que fuera simplemente un hombre podía fallar menos que él. Estaba constantemente elevado por encima de sí mismo, recto en sus juicios, circunspecto en sus palabras, prudente en su conducta, puntual en las prácticas de piedad y tan perfectamente unido a Dios, en la medida en que se podía juzgar desde el exterior, que estaba claro que el amor de Dios era lo que animaba su corazón y gobernaba en todos los poderes y sentimientos de su alma, para regular cada movimiento y acto. Se podría decir que su vida entera fue un sacrificio a Dios, no solo de honores, comodidades, placeres y todas las demás bendiciones terrenales, sino incluso de lo que había recibido más directamente de Su mano más liberal, como luces, afectos y santos deseos. Y nunca deseó nada más que Dios fuera conocido y glorificado, en todo momento y lugar, y por todo tipo de personas. A este fin solo dirigió todo lo que pensaba, decía y hacía.