Caridad, Van Dyck

Día 7

Noviembre: Caridad

"Debe observarse que el amor perfecto a Dios no consiste en esos deleites, lágrimas y sentimientos de devoción que generalmente buscamos, sino en una firme determinación y un agudo deseo de complacer a Dios en todas las cosas, y de cuidar, en la medida de lo posible, de no ofenderlo y de promover Su gloria." - Santa Teresa.

Santa Juana Francisca de Chantal demostró cuán bien entendía esta gran verdad mediante una carta que envió a la Superiora de una religiosa que era considerada como una alma llena de amor a Dios porque experimentaba consolaciones extraordinarias. "Esta buena chica", escribió, "necesita ser desengañada. Se cree muy elevada en el amor de Dios, pero no ha avanzado mucho en virtud. Creo que estos fervores y exaltaciones que siente son obra de la naturaleza y del amor propio. Por lo tanto, debería mostrársele que la verdadera fuerza del amor no consiste en disfrutar de la dulzura divina, sino más bien en la observancia exacta de las Reglas y la práctica fiel de la virtud sólida, es decir, en la humildad, el amor al desprecio, la paciencia ante los insultos y adversidades, el olvido de uno mismo y un amor que no busca ser conocido excepto por Dios. Esto solo es amor verdadero, y estos son sus infalibles signos. Que Dios nos preserve de ese amor sensible que nos permite vivir en nosotros mismos, mientras que el verdadero nos lleva a morir para nosotros mismos."

Así fue el amor de Santo Tomás de Aquino, del cual se registra que mantuvo su alma siempre tan pura y verdadera como la de un niño de cinco años.