Día 4

Noviembre: Caridad

"Cuando un alma que realmente ama a Dios sabe que una cosa es de mayor perfección y más para el servicio de Dios, la persigue inmediatamente y sin dificultad, debido al placer que encuentra en complacerlo. ¡Oh Dios mío, ¿qué más se necesita sino amarte sinceramente y verdaderamente abandonar todo por Tu amor, pues entonces harás que todo sea fácil!" - Santa Teresa.

Este fue el comportamiento de Santa Teresa misma, y así lo dijo una vez: "Aunque deseaba la nueva reforma (de la Orden del Carmelo), para estar apartada de todo y seguir mi vocación con más perfección; sin embargo, lo deseaba de tal manera que si hubiera percibido claramente que era más para el servicio de Dios abandonarlo, lo habría hecho con perfecta paz y tranquilidad. Porque cuando estoy segura de que una cosa es más perfecta y más para el servicio de Dios, estoy en reposo; y en la satisfacción que experimento al complacerlo, pierdo instantáneamente el dolor de dejar algo que me había dado satisfacción." Esto era tan cierto que, para no fallar en ello, deseaba comprometerse con un voto a hacer lo que supiera que era lo más perfecto y lo que más agradara al Señor.

Un voto similar fue también tomado por San Andrés Avellino y por Santa Juana Francisca de Chantal.

En cuanto a San Ignacio de Loyola, es bien sabido que buscaba en todo no solo la gloria de Dios, sino Su mayor gloria posible. Por esta razón, la Iglesia, en la oración asignada para su Fiesta, lo reconoce como su distintiva característica, que Dios lo eligió para difundir Su mayor gloria.