Día 28

Noviembre: Caridad

¡Ah! ¿Cuándo nos veremos impregnados de dulzura y amabilidad hacia nuestros vecinos? ¿Cuándo veremos sus almas en el sagrado seno de Jesús? Quien los vea en cualquier otra posición, corre el riesgo de no amarlos ni de manera pura, ni perseverante, ni imparcialmente; pero en ese lugar, ¿quién no los amaría? ¿Quién no soportaría sus imperfecciones? ¿Quién no sería paciente con sus defectos? ¿Quién los consideraría como un objeto de disgusto? Ahora, nuestro prójimo está verdaderamente allí, en el seno y en el corazón del Divino Salvador. Está allí como el más amado y completamente amable, de modo que el Señor amoroso muere por puro amor por él. - San Francisco de Sales

Esta fue la razón principal por la cual este santo prelado fue tan suave, tierno, respetuoso y paciente con todos, porque los veía a todos en el corazón de Jesús. Lo manifestó un día cuando Monsignore di Bellei, su penitente, se quejó con él por el gran respeto que le mostraba. "¿Qué respeto?" respondió él. "¿Y qué respeto le muestras tú a Jesucristo, a quien honro en tu persona?"

Era una de las máximas principales de San Vicente de Paúl no considerar a su prójimo según la apariencia exterior, sino tal como era a los ojos de Dios. "No debo considerar", decía, "a un pobre campesino o campesina en cuanto a su exterior o sus dones naturales, ya que a menudo apenas se puede reconocer en ellos ninguna semejanza con una criatura racional, ¡tan rudos y terrenales son! Pero cuando los miramos con el ojo de la fe, los encontraremos tan profundamente grabados en el corazón del Hijo de Dios, que incluso dio su vida por cada uno de ellos. ¡Qué deseable es ver a nuestro prójimo en Dios mismo, para que podamos hacer la cuenta de él que Cristo nuestro Señor hizo!"