Día 11

Noviembre: Caridad

Una muy buena manera de ejercitarnos en el amor a Cristo es adquirir el hábito de mantenerlo presente en nuestra mente tanto como sea posible. Esto se puede hacer de tres maneras: 1. Cuando tenemos que realizar una acción, representarnos la forma en que Él la hizo mientras vivía en el mundo, así como el espíritu e intención con los que la animó, para que podamos imitarlo. 2. Pensar cómo está constantemente mirándonos desde el Cielo y derramando sobre nosotros la abundancia de Sus gracias y consejos. 3. Reconocerlo en la persona de nuestro prójimo. De esta manera, realizaremos nuestras acciones con mayor facilidad y perfección; evitaremos muchos errores, así como mucha ansiedad e impaciencia, y en cada servicio que prestemos a nuestros semejantes, mereceremos tanto como si lo hiciéramos para Nuestro Señor mismo. - San Vicente de Paúl

Esta era la práctica de San Vicente y lo elevó muy alto en el amor de Jesús. No emprendía ningún negocio, daba ningún consejo, realizaba ninguna acción sin antes fijar mentalmente sus ojos en el ejemplo o las palabras de Cristo, y en las recompensas que Él tenía preparadas y distribuía libremente a aquellos que trabajaban bien. Y en sus tratos con los demás, veía en cada uno la misma persona de Cristo. Frases como estas estaban a menudo en sus labios: "Como Cristo dijo"; "Como Cristo hizo"; "Debemos reconocer a Cristo en todos los hombres".