San Fintan, Bigioli

Día 7

Enero: Perfección

Un siervo de Dios significa alguien que tiene una gran caridad hacia su prójimo y una resolución inviolable de seguir en todo la Voluntad Divina; que soporta sus propias deficiencias y apoya pacientemente las imperfecciones de los demás. - San Francisco de Sales

Toda la vida de este Santo, al igual que la de San Vicente de Paul, fue simplemente un fiel y continuo ejercicio de estas virtudes, en las ocasiones que se presentaban cada día. De esta manera, ambos se convirtieron en grandes siervos de Dios.

En las Vidas de los Padres del Occidente, se cuenta de San Fintan que era visitado diariamente por un Ángel, pero que una vez la visita fue omitida durante varios días. Cuando el Santo tuvo la felicidad de verlo nuevamente, le preguntó al Ángel por qué había sido privado durante tanto tiempo de su compañía más dulce. "Porque", respondió el Ángel, "tuve que estar presente en la muerte de Motua, quien fue un gran siervo de Dios y mejor que tú, ya que hizo lo que tú no has hecho. Este hombre nunca pronunció una palabra áspera hacia nadie presente, ni una palabra desagradable sobre nadie ausente. Nunca se quejó del calor o del frío, ni de cualquier otra cosa, sea lo que sea, o comoquiera que sea; sino que siempre se conformó a la voluntad de Dios, en cuyas manos están todas las cosas."

Cuando Santa Gertrudis estaba un día lamentándose por una pequeña falta en la que solía caer a veces, rogó sinceramente al Señor que la liberara de ella. Pero Él le dijo, con gran dulzura: "¿Quisieras que me privara de un gran honor y tú misma de una gran recompensa? Sepa que cada vez que uno percibe una falta propia y resuelve evitarla en el futuro, obtiene una gran recompensa; y cada vez que se guarda de caer nuevamente en ella por Mi causa, me hace tanto honor como un valiente soldado le hace a su rey, cuando lucha valientemente contra sus enemigos y los vence".

Un Mercedario