Santa Catalina de Génova, por el Maestro de Frankfurt McNay
Día 25
Enero: Perfección
La más sólida certeza que podemos tener en este mundo de estar en la gracia de Dios no consiste en absoluto en sentimientos de amor hacia Él, sino en el abandono completo e irrevocable de todo nuestro ser en Sus manos y en la firme resolución de no consentir en ningún pecado, ya sea grande o pequeño. - San Francisco de Sales
Leemos en antiguas crónicas sobre una joven que estaba tan afligida que parecía sufrir los tormentos del Infierno. Después de permanecer mucho tiempo en este estado, un día volvió todo su corazón a Dios con esta oración: "Mi dulcísimo Señor, solo recuerda que soy una pobre criatura tuya. Por lo demás, ¡haz conmigo lo que te plazca, ahora y por la eternidad! Me abandono en tus manos y estoy dispuesta a sufrir estos tormentos todo el tiempo que a ti te plazca." Este acto de resignación, hecho sinceramente desde su corazón, fue tan grato a Dios que apenas terminó, Él la unió a sí mismo e inmersa felizmente en el inmenso océano de Su Divinidad.
Santa Catalina de Génova dijo: "Ya no soy mía; viva o muera, soy de mi Salvador. Ya no tengo ninguna posesión ni interés propio. Mi Dios es todo; mi existencia consiste en ser enteramente Suya. ¡Oh mundo! Siempre eres el mismo, y hasta ahora, yo también he sido siempre la misma; pero, a partir de este momento, ya no lo seré más."
Un Mercedario