San Francisco de Paula, Bartolomé Esteban Murillo
Día 21
Enero: Perfección
La humildad y la caridad son las dos cuerdas maestras: una, la más baja; la otra, la más alta; todas las demás dependen de ellas. Por lo tanto, es necesario, sobre todo, mantenernos en estas dos virtudes; observa bien que la preservación de todo el edificio depende de la base y el techo. -San Francisco de Sales
Aunque nunca hubo ni puede haber ningún santo desprovisto de estas dos virtudes tan necesarias, ha habido algunos que, a nuestros ojos al menos, parecían sobresalir en su resplandor. Uno de ellos fue sin duda San Francisco de Paula. A través de su gran humildad, no se contentaba con considerarse el menor de todos los hombres, sino que también deseaba que esto fuera la marca distintiva de su orden frente a todas las demás; y en cuanto a la caridad, estaba tan inflamado de amor que a veces encendía velas tocándolas con el dedo, como si les hubiera aplicado una antorcha ardiente.
Un Mercedario