Día 20

Enero: Perfección

Dedícate seriamente a la adquisición de la virtud; de lo contrario, siempre serás un enano en ella. Nunca creas que has adquirido una virtud si no has demostrado resistirla en contra de su vicio opuesto, y a menos que la practiques fielmente en ocasiones adecuadas que, por esta razón, nunca deben evitarse, sino más bien desearse, buscarse y abrazarse con entusiasmo. - Santa Teresa de Jesús

San Vicente de Paúl no se contentaba, como tantos, con conocer y amar las virtudes, sino que se aplicaba continuamente a practicarlas. Era su máxima que el trabajo y la paciencia son los mejores medios para adquirirlas y plantarlas firmemente en nuestros corazones, y que las virtudes adquiridas sin esfuerzo o dificultad se pueden perder fácilmente, mientras que aquellas que han sido probadas por las tormentas de la tentación y practicadas en medio de las dificultades y repugnancias de la naturaleza, hunden sus raíces profundamente en el corazón. Y así, en tales ocasiones, en lugar de estar triste, parecía inusualmente alegre. Cuando una persona lamentaba un percance reciente que probablemente daría una mala opinión de su comunidad y provocaría comentarios perjudiciales para él, respondió: "Esto es bueno, porque nos dará una ocasión más favorable para practicar la virtud".

Con el mismo sentimiento, San Felipe Neri animaba a sus penitentes a no entristecerse cuando sufrían tentaciones y pruebas, diciéndoles que cuando el Señor tiene la intención de conferir a alguien alguna virtud en particular, suele permitir que primero sea atacado por el vicio contrario. San Francisco de Sales ilustró la firmeza de la virtud de esta manera: "Si el mundo viene a atacarme, lo trataré como trataría a una víbora: lo pisotearé y no obedeceré ninguna de sus sugerencias. Si Satanás arma sus poderes, no les temeré en absoluto. Soy más fuerte que él. Dios es mi Padre, y Él tendrá compasión de mí y peleará por mí." Aquí tienes un buen ejemplo de virtud y de cómo ejercerla.

Un Mercedario