La Ascensión de Cristo, Garofalo
Día 1
Enero: Perfección
Considera todo el pasado como nada, y di, como David: Ahora empiezo a amar a mi Dios. - San Francisco de Sales
Fue de esta manera que actuó el apóstol San Pablo; aunque, después de su conversión, se convirtió en un vaso de elección lleno del espíritu de Jesucristo, sin embargo, para perseverar y avanzar en el camino celestial, utilizó este medio, ya que dijo en su Epístola a los Filipenses:
"Hermanos, yo mismo no me considero haberlo alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta, para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús". [Filipenses 3:13-14].
Así fue como el glorioso San Antonio avanzó día a día, estimulándose a sí mismo para la virtud. San Anastasio dijo de él que siempre se consideraba a sí mismo como un principiante, como si cada día fuera el primero en el que estaba sirviendo a Dios, y como si en el pasado no hubiera hecho nada bueno y estuviera dando sus primeros pasos en el camino del Señor y dando los primeros pasos en el camino hacia el Cielo. Y esta fue la última admonición que dejó a sus monjes en su muerte: "Hijos míos", les dijo, "si quieren avanzar en virtud y perfección, nunca abandonen la práctica de considerar cada día como si estuvieran comenzando, y de comportarse siempre como lo hicieron el día que empezaron".
Así también encontramos que San Gregorio, San Bernardo y San Carlos actuaron y aconsejaron a otros que actuaran. Para hacer más claro a todos la necesidad y utilidad de este método, utilizaron dos hermosas comparaciones, diciendo que debemos actuar en esto como los viajeros que no consideran el camino que han recorrido, sino más bien lo que les queda por recorrer, y esto lo mantienen siempre ante sus ojos, incluso hasta el final de su viaje; o, como los comerciantes ávidos de riquezas que no tienen en cuenta lo que han adquirido hasta ahora, ni la fatiga que han soportado, sino que ponen todo su pensamiento y cuidado en nuevas adquisiciones y en multiplicar diariamente sus posesiones, como si en el pasado no hubieran obtenido ningún beneficio.
Un Mercedario