San Félix Cantalicio, Murillo

Día 21

Marzo: Mortificación

Algunos persiguen su propio gusto y satisfacción en las cosas espirituales en lugar del camino de perfección, que consiste en negar sus propios deseos y gustos por amor a Dios. Si tales personas realizan algún ejercicio por obediencia, aunque se ajuste a su inclinación, pronto pierden el deseo por ello y toda devoción en ello, porque su único placer está en hacer lo que su propia voluntad dirige, lo cual ordinariamente sería mejor dejar sin hacer. Los Santos no actuaron así. - San Juan de la Cruz

El bendito Seraphino, un hermano laico capuchino, dijo a un amigo que estaría contento de estar en la casa de Loreto o en Roma, para servir tantas Misas como fuera posible. Cuando se sugirió que podría pedir este favor a los Superiores, quienes lo habrían concedido fácilmente, él respondió: "¡Oh, no eso! Cualquier santo deseo sería profanado por la propia voluntad, y toda buena intención debería estar sujeta a la obediencia, la única verdadera directora de todos los pensamientos santos".

San Félix el Capuchino nunca hizo nada sin el consentimiento y deseo expreso de sus Superiores, aunque su tarea de buscar limosnas daba ocasión para cierta libertad. Y cuando estos Superiores, al estar bien familiarizados con su integridad y virtud, solían dejar todo a su entera disposición, él ----en lugar de alegrarse por esto---- lo encontraba más bien una causa de tristeza y amargura, ya que veía que impedía esa sumisión total y dependencia que tanto deseaba, y lo obligaba a hacer su propia voluntad, lo cual aborrecía extremadamente.

Un Mercedario