Padre Laynez, Hieronymus Wierix
Día 14
Marzo: Mortificación
Cuanto más uno mortifica sus inclinaciones naturales, más capaz se vuelve de recibir las inspiraciones divinas y más gana en virtud. - San Francisco de Sales
El célebre Padre Laynez, uno de los compañeros de San Ignacio, mediante esta práctica alcanzó una gran pureza de mente y una imperturbable tranquilidad de alma.
San Felipe Neri hizo gran uso de esta práctica, tanto con sus penitentes como consigo mismo. Un ejemplo entre muchos bastará. Un noble de alto rango tenía un perro, llamado Capriccio, del cual estaba muy prendado. Una mañana, un sirviente suyo llevó al perro consigo a la vivienda de San Felipe, quien, al verlo, lo acarició un poco. Al hacerlo, el perro tomó tal afecto por él que no hubo forma alguna de persuadirlo para que lo dejara. Una y otra vez lo enviaron de vuelta a su amo, quien lo trató amablemente y lo mantuvo atado por un tiempo; pero inmediatamente después de ser liberado, volvía a las habitaciones del Santo, de modo que finalmente se vieron obligados a dejarlo allí. San Felipe luego hizo mucho uso de este perro para su propia mortificación y la de sus hijos espirituales. A veces los hacía lavarlo y peinarlo; a veces, llevarlo en brazos, o llevarlo con una cadena por las calles de Roma; y él mismo caminaba con ellos. Estas y otras mortificaciones similares duraron quince años.
Un Mercedario