San Juan de Palafox, Desconocido
Día 12
Marzo: Mortificación
Nuestra ganancia no depende tanto de mortificarnos a nosotros mismos, como de saber cómo mortificarnos; es decir, de saber elegir las mejores mortificaciones, que son aquellas más repugnantes a nuestras inclinaciones naturales. Algunos están inclinados a disciplinas y ayunos, y aunque sean cosas difíciles, las abrazan con fervor y las practican con gusto y facilidad, debido a esta inclinación que tienen hacia ellas. Pero entonces serán tan sensibles en cuanto a la reputación y el honor, que el menor ridículo, desaprobación o menosprecio será suficiente para hacerlos caer en un estado de impaciencia y perturbación y dar lugar a quejas que muestran una falta igual de paz y razón. Estas son las mortificaciones que deben abrazar con mayor prontitud, si desean progresar. - San Francisco de Sales
El venerable Monseñor de Palafox comprendía bien esta doctrina, pues dijo que la razón por la cual nunca había avanzado en virtud era que nunca había tomado especial cuidado en evitar todo lo que más se conformaba a sus inclinaciones. Quien perciba en sí mismo alguna disposición, por ejemplo, para contradecir o confiar en su propio juicio, y no sea muy atento para combatir y mantenerse alejado de todo lo que pueda tentarlo o someterlo a ello, no solo dejará de avanzar, sino que retrocederá, y tal vez retroceda tanto como para llegar a su propia ruina.
Un religioso que era sacerdote, habiendo sido elegido como ayudante del cocinero, experimentó la mayor repugnancia y tentaciones con respecto a este cargo. Para vencerse a sí mismo, hizo un voto ante un crucifijo de permanecer en este cargo toda su vida, si los Superiores estaban dispuestos. A través de esta y otras victorias similares, llegó a tal perfección que pudo decir que no creía que hubiera ningún trabajo que se le pudiera ofrecer, por más repugnante que fuera para los sentidos, que no pudiera hacer, con la ayuda de Dios, con perfecta facilidad.
Un Mercedario