Juan Taulero, Desconocido
Día 4
Abril: Paciencia
El camino es estrecho. Quien espera caminar en él con facilidad debe ir desprendido de todas las cosas, apoyándose en el bastón de la Cruz; eso es resolver firmemente estar dispuesto a sufrir en todas las cosas por amor a Dios. - San Juan de la Cruz
Taulero relata que conocía a un gran siervo de Dios que tenía muchas visiones y revelaciones, y estaba familiarizado con las interpretaciones de las Escrituras y los secretos de los corazones. Pero al temer que los dones de un tipo pudieran obstaculizar los favores de otro tipo, y así evitar que fuera amado por Dios, rogó fervientemente al Señor que se complaciera en quitarle toda consolación; y fue escuchado. Durante cinco años consecutivos, nunca tuvo la más mínima alegría espiritual ni ninguna inspiración celestial o iluminación, sino que siempre llevó una vida llena de aflicciones, tentaciones y aridez espiritual. Finalmente, el Señor se compadeció tanto de tanto sufrimiento que un día envió dos ángeles para consolarlo un poco. Pero él, contento en sus penas, rechazó esta consolación, y volviendo su corazón a Dios dijo: "Oh Señor, no deseo ningún placer en este mundo, ni deseo que nadie entre en mi corazón sino Tú mismo, oh mi Amado! para mí es suficiente consuelo si Tu santa voluntad se cumple en mí." Este hermoso acto de desapego complació tanto a Dios que el Padre Eterno lo proclamó Su hijo amado, en estas palabras: Tu es filius Meus in quo Mihi bene complacui - Tú eres Mi hijo, en quien me complazco.
Un Mercedario