San Francisco Javier, Desconocido

Día 16

Abril: Paciencia

Aquellos que han alcanzado la perfección, y especialmente los verdaderos contemplativos, no piden al Señor que los libre de pruebas y tentaciones. Más bien las desean y valoran como los mundanos valoran el oro y las joyas, porque saben que estas pruebas los enriquecerán." - Santa Teresa de Jesús

Santa Catalina de Génova una vez dijo en medio de un dolor extremo y tortura severa: "¡Oh Señor! han pasado treinta y seis años desde que me diste luz espiritual por primera vez, y desde entonces, no he deseado más que sufrimientos, tanto interiores como exteriores."

La Venerable Ana María de San José, una carmelita descalza y una persona de una piedad extraordinaria, se ejercitaba continuamente en las penitencias y austeridades más severas. Cuando otros intentaban apartarla de estas prácticas, ella respondía: "No, nunca cesaré hasta que el Señor me sacie con sus dolores y reproches." También solía decir que no deseaba ni reliquias, ni rosario, ni una celda, sino solo una cruz en la que crucificarse a sí misma.

San Francisco Javier, cuando tenía una cruz, solía hacer esta oración: "Oh Señor, no me la quites, a menos que sea para darme una aún mayor."