Santa Teresa de Jesús, José de Ribera

Día 17

Diciembre: Unión

De esta santa resignación nace la libertad de espíritu con la cual se regocijan las almas perfectas. En esta libertad encuentran toda la felicidad que se puede desear en la tierra, porque no temiendo ni deseando nada de las cosas del mundo, lo poseen todo. Santa Teresa de Jesús

San Francisco de Sales mostraba una verdadera libertad de espíritu, siempre sereno y contento. Decía que no le importaba mucho si hacía esto o aquello, con tal de que hiciera lo que Dios quería. ¿Cuándo estaremos tan completamente en manos de la voluntad de Dios, sometiendo sin reserva nuestra voluntad y todos nuestros afectos a Su dominio? Entonces nuestras almas estarán tan unidas a Dios que podremos decir, como aquellos cristianos muy perfectos: "Yo no vivo en mí, sino que es Jesucristo el que vive en mí." (San Francisco de Sales.) Este santo, muchos años antes de su muerte, no quería, no amaba, ni deseaba más que a Dios en todas las cosas. Decía: "Nada hay en el mundo que pueda satisfacerme; solo Dios puede contentarme." Otras veces exclamaba, absorto en Dios: "Señor, ¿qué hay en el cielo y qué quiero en la tierra sino a vos? Vos sois mi porción, mi patrimonio por toda la eternidad." Su gran máxima era: "Todo lo que no sea Dios, nada es para mí."

Oración final

Dios mío, exáltame, humíllame según tu voluntad. Yo te glorificaré en todo tiempo; no deseo sino agradarte y complacerte.

Abad Lasausse