San Juan de Ávila, El Greco
Día 10
Diciembre: Unión
Un acto de resignación con la voluntad divina en todo lo que se oponga a nuestras inclinaciones, vale más que cien mil sucesos conformes a nuestro placer. - San Vicente de Paúl.
El bienaventurado San Juan de Ávila se explicaba del mismo modo, poco más o menos: escribiendo a una persona que se hallaba en la aflicción, la invitaba a bendecir a Dios como Job, y para más obligarla, le decía: "estas palabras, 'Sea Dios bendito,' dichas en tiempo de adversidad, valen más que decir 'os doy gracias, Señor,' en tiempo de prosperidad.
San Francisco de Sales decía a las personas afligidas: 1.° Adorad mil y mil veces los decretos de la divina providencia. Arrojaos en los brazos del Señor y en su corazón diciéndole frecuentemente: "Amén. Así sea." 2.° Unid a cada instante vuestra cruz a la de Jesucristo, considerando que la vuestra comparada con la suya es muy pequeña y ligera. 3.° Humillaos delante de Dios, diciéndole con sencillez: "Señor, si vos lo queréis, yo lo quiero, y si no lo queréis vos, tampoco yo lo quiero." 4.° Haced muchos actos de devoción hacia la Santísima Virgen y los santos, en quienes tenéis más confianza, usando de oraciones jaculatorias y palabras de amor. 5.° Imaginaos que el amable Niño Jesús está sentado en vuestro corazón, y que descansa allí para consolaros. 6.° Tomad en la mano vuestro crucifijo, mirad con amor la imagen de vuestro Salvador clavado en la cruz; besad con mucho respeto esta imagen santa; levantad después los ojos al Cielo y colocad el crucifijo delante de vuestro pecho para que este Dios consolador reciba vuestros suspiros.
Oración final
Dios mío, con tu gracia estoy resignado a todo, a la luz y a las tinieblas, a los consuelos y a los trabajos, a la prosperidad y a la adversidad, a la vida y a la muerte.
Abad Lasausse